Si hablamos de fragancias destacadas, Tobacco Oud de Tom Ford se encuentra sin duda entre las mejores. Me atrae por su presencia atrevida y sin complejos, una fragancia que no sigue las tendencias ni las preferencias populares. Hay algo robusto y carismático en una fragancia a la que no le importa pisar fuerte.
Datos breves:
Huele:
Y sin duda lo hace. No voy a endulzarlo para esta reseña: el Tobacco Oud no es para los débiles de corazón. Tienes que ser un tipo rebosante de confianza para conseguirlo. El aroma es atrevido, inconfundible y, admitámoslo, puede ser polarizante. No es la quintaesencia de las fragancias que agradan al público, sino la fragancia que marcha a su propio ritmo, provocando reacciones encontradas entre su público.
En el fondo, Tobacco Oud es intensamente masculino. Se abre con una potente nota ahumada, rebosante de tabaco y un toque del exótico oud. Son elementos difíciles de llevar por separado, pero cuando se juntan, crean una fragancia incomparable y poderosa. Me recuerda a un hombre que se ha abierto camino a través de los altibajos de la vida, demasiado curtido y seguro como para preocuparse por las opiniones de los demás. Cada vez que levanto la muñeca para olerla más de cerca, se materializa la imagen de un tipo como Clint Eastwood: duro, enigmático e inquebrantable.
Longevidad:
Según mi experiencia, la Tobacco Oud es posiblemente la fragancia más duradera de la gama Tom Ford, a la par que la notable Tobacco Vanille. Es muy potente nada más sacarlo del frasco, y casi llega a saturar si no se aplica con cuidado. Su proyección y longevidad son formidables: no es un perfume que se quede pegado a la piel. En cambio, anuncia tu llegada desde lejos y perdura mucho después de que te hayas ido. Ten cuidado con las pulverizaciones si te atreves a llevártelo de paseo durante el día.
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